Bogotá – Junio 2024

En el país, 19 de cada 20 mayores de 18 años contaban, al cierre del 2023, con al menos un servicio en el sistema.

Banca de las Oportunidades y la Superintendencia Financiera presentaron el Reporte de Inclusión Financiera (RIF) con corte a diciembre de 2023, en el que se detalla que los adultos con algún producto financiero (indicador de acceso) aumentaron del 92,3% al 94,6 % entre 2022 y 2023.

Esto equivale a que 36,1 millones de adultos poseen un producto financiero transaccional, de ahorro o de financiamiento formal. Más de 1,4 millones de usuarios nuevos tuvieron productos financieros frente a 2022.

El RIF evalúa el acceso y uso de productos, servicios y canales financieros a partir de información de la oferta o de los establecimientos de crédito y sociedades especializadas en depósitos y pagos electrónicos (Sedpes) vigiladas por la Superfinaciera, las cooperativas de ahorro y crédito vigiladas por la Superintendencia de la Economía Solidaria y las entidades microfinancieras no vigiladas por esas superintendencias y las fintech.

Los resultados muestran un aumento en el acceso y uso de productos financieros; sin embargo, persisten las brechas entre el sector rural y urbano, así como entre mujeres y hombres, por lo que uno de los desafíos de las entidades del sistema financiero es el otorgamiento de crédito, pero enfocado en proyectos productivos y no en el consumo, algo que esperamos dinamizar con el desarrollo de finanzas abiertas, uno de los proyectos estratégicos que tenemos en la SFC”, dijo el superintendente financiero, César Ferrari.

El acceso a productos de depósito fungió como el impulsor clave del crecimiento en el indicador de acceso, con un 94 % de adultos con algún producto transaccional o de ahorro en 2023.

El producto más frecuente sigue siendo la cuenta de ahorro, con 30,8 millones de adultos, es decir que en 2023 había 82,5 millones de cuentas de ahorro en el sistema financiero, 2,2 cuentas de ahorro por cada habitante adulto del país.

Por su parte, los depósitos de bajo monto, asociados con billeteras y monederos digitales, consolidaron su crecimiento con 27,5 millones de adultos con al menos uno de estos productos, lo que indica que había 57,6 millones de monederos o billeteras en el país a diciembre de 2023, es decir 1,5 por cada adulto.

Pero el número de depósitos de bajo monto ha tenido un crecimiento superior que las cuentas de ahorro en los últimos años, ya que entre 2022 y 2023 crecieron a una tasa del 20 % mientras que este porcentaje para las cuentas de ahorro fue solo de 6,6 %.

Las dos entidades dijeron que la tarea no está hecha del todo debido a que hay una serie de brechas que deben cerrarse en los próximos años para consolidar estos avances de manera resiliente e inclusiva.

Por ejemplo, el indicador de acceso para las zonas urbanas, es decir, las ciudades, sus aglomeraciones y los municipios intermedios, fue de 99,5 % a cierre de 2023, mientras que para los municipios rurales fue de 65,6 %, evidenciando una diferencia de 33,9 puntos porcentuales (pp). Esta brecha fue de 28,5 pp para cuentas de ahorro y de 27,2 pp para los monederos o billeteras. En cuanto a los productos de financiamiento formal, la diferencia en el indicador de acceso entre zonas urbanas y rurales fue de 17,1 pp, brecha que fue positiva para el microcrédito.

Cuestión de género

El acceso a productos financieros aumentó tanto para mujeres como hombres adultos en 2023, llegando al 91 % en el caso de mujeres y 97,7 % en los hombres en el acceso al sistema financiero, lo que indica que la brecha en el acceso entre hombres y mujeres fue de 6,6 pp en 2023. Esta diferencia para los productos de depósito fue de 6,5 pp, diferencia que se acentuó para las cuentas de ahorro llegando a 6,8 pp, disminuyó para los depósitos de bajo monto situándose en 2 pp y siendo a favor de las mujeres en los CDTs llegando a 0,9 pp.

Los indicadores de acceso al crédito vigente mostraron una tendencia negativa entre 2022 y 2023. El porcentaje de adultos con financiación se situó en un 35,3 % en 2023, 0,9 pp menos que en 2022, correspondiente a 13,5 millones de adultos con menos productos financiamiento formal.

Los productos de mayor penetración fueron las tarjetas de crédito y el crédito de consumo, seguidos por el microcrédito y el crédito de vivienda. En 2023 las entidades vigiladas y las ONGs microfinancieras no vigiladas realizaron 175,9 millones de desembolsos de consumo (98,7 %), microcrédito (1,1 %), vivienda (0,1 %) y consumo de bajo monto (0,1 %). El número de los desembolsos creció en el último año 3 pp impulsado por la cartera de consumo ya que la de microcrédito decreció 7 pp, 3 pp la de vivienda y 49 pp, la de consumo de bajo monto. En microcrédito, se realizaron 1,7 millones de desembolsos en 2023, (51,8 desembolsos por cada 1.000 adultos).

Los bancos especializados en microfinanzas tienen una participación mayoritaria en los desembolsos de menores montos, especialmente en los de menos de 1 SMMLV y en los de las ciudades.


Para el caso de las zonas rurales y los grandes montos, la banca pública se encarga de este nicho.

Paola Arias, directora de Banca de las Oportunidades, dijo que “el mercado de crédito sigue enfrentando retos estructurales para fortalecerse y crecer, especialmente en segmentos productivos, en los que aún no se alcanzan niveles prepandemia en el indicador de acceso a créditos. La cartera bruta como porcentaje del PIB se redujo a 42,4%, llegando niveles de profundización de hace diez años”.

El acceso en empresas

El acceso a crédito de las empresas con personería y registro activo en cámara de comercio fue 26,1%, 1,2 pp menos que en el 2022, es decir que 6.917 menos empresas tienen un producto de financiamiento con las vigiladas y las ONGs microfinancieras que no son vigiladas. El acceso a crédito sigue siendo bajo para microempresas, empresas nacientes y en el sector servicios

El indicador de acceso a crédito de microempresas con registro activo en cámaras de comercio se ubicó en 14,8 %, 46 pp menos que el indicador para las pequeñas. Las nacientes con acceso a crédito con menos de dos años funcionando es de 3,2%, 12,1 pp menos que las empresas que llevan de 2 a 4 años.

HOLMAN RODRÍGUEZ MARTÍNEZ
Periodista de Portafolio

 

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